sábado, 21 de agosto de 2010

Nostalgia

Es curioso como la nostalgia te llega en los momentos más inesperados. Y de pronto lo echas todo de menos: esas tardes tontas jugando a los sims, las escapadas... ¡las borracheras de dos! :P, o incluso el ver un partido de fútbol sin tener ni zorra idea...
Noches idiotas pasadas por agua, cervezas y malibu. ¡Correr por el césped a la madrugada mientras los riegos te empapan!
Pequeños momentos de locura pasajera, de felicidad simple. Sin líos de por medio, preocupaciones, nada que te traiga a la amarga realidad.
Otros son los momentos mágicos, los que recordarás por el resto de tu vida, lo que implican a esa persona a la que amas con todo tu ser, esa a la que se lo das y darías todo por un segundo a su lado...esa que no puede darte una mísera tarde de su vida, aunque siempre estará ahí para darte promesas banas, para esperanzarte...y echar tus ilusiones por la borda. Aunque sea la misma persona que te da la vida cuando te susurra al oido, aunque sean mentiras.
Echas de menos incluso tus propios momentos de soledad, cuando estás eufórico sin motivo alguno, pones música a todo volumen y empiezas a danzar sin sentido alguno de la coreografía por toda la habitacíon, `presumiendo de maestro del disparate...
Tantas y tantas cosas, que has tirado a un lado para conseguir la segunda, la más insana, la tóxica, la droga.
Porque el amor es una maldita adicción. No puedes desengancharte, domina tu ser e ignoras el resto de cosas, como la felicidad sana para entregarte a él, es ese cáncer de corazón, que poco a poco se apodera también de tu mente y tu alma. Y tiene un precio muy caro: Tu felicidad sana.

No hay comentarios: