sábado, 21 de agosto de 2010

Corregir

A veces cuesta expresar lo que llevamos dentro, cuesta sacar para fuera eso que nos atormenta. Pero sacas fuerzas de flaqueza y lo haces. E incluso otras veces, empiezas a darte cuenta de que hay cosas que ya no te afectan tanto, ya no es el fin del mundo, ni de la historia, sencillamente como me gusta decir a mí, es el fin de un capítulo. 
Por supuesto que sería feliz de releerlo, una y mil veces, y lo volvería a disfrutar como esa niña tonta y enamorada, que fui, y en el fondo nunca dejaré de ser.
Pero hay que corregir las faltas cometidas contra uno mismo. Las que has hecho al mundo, ya fueron saldadas con tu dolor. ¿Pero y todo ese daño que te haces a ti mismo...? ¡A veces incluso de forma consciente! ¿Esos daños quién los repara si no tu mismo?
No se trata de ser un árbol torcido, es que las ramas te inclinan. Por eso a los árboles hay que podarlos, para que esas ramas viejas, que en su día fueron nuevas y llenas de vida, sean reemplazadas por otras mejores y más fuertes, porque ya tienen raíz, sustento. Es un árbol con experiencias. Que debe dejar lugar a otras nuevas.
El problema está en que, a nosotros si nos duele podar una rama, una rama en forma de recuerdos felices, de risas, amor y momentos inolvidables....Duele, pero parece necesario

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