martes, 2 de noviembre de 2010

¿Por qué llamarlo amor?


Una vez leí, que al amor no era necesario ponerle nombre, que sencillamente. es lo que es. Que sencillamente se hace lo que se 
hace por un sentimiento, si este vale la pena luchar por él, entonces puedes llamarlo de la forma que quieras.

¿Por qué llamarlo amor? A veces supera esa barrera y se convierte en necesidad, en desesperación, tal vez, amor sea esa palabra que define ese caos de sentimientos. Porque amas y odias al mismo tiempo. Odias amar a alguien tan desesperadamente y amas cada ínfima parte de su ser. Desde sus límpidos ojos verdes, su forma de mirarte, o como se muerde el labio tiernamente cuando se concentra.
Es un todo, es como ya dije una vez, beber de su presencia cada segundo como si el mundo fuera a acabarse mañana.
Es sentir que merece la pena darlo todo, que al final, cuando estás con él, sencillamente es el paraíso terrenal. Es una burbuja de felicidad que se va desinflando poco a poco a medida que te alejas de él, hasta que explota cuando no soportas su añoranza.
Supongo que es también lo que explica por que al oír de sus labios un te quiero, un día lluvioso se convierte en maravilloso

lunes, 1 de noviembre de 2010

Demolition Lovers


Y al final no importan los golpes, las heridas no cicatrizadas...
Después de todo, siempre serás también el bálsamo que las cura, aunque solo sea mientras estás tú.
Porque como ya dije una vez, somos amantes destructores, que nos herimos, nos hacemos daño, incluso a nosotros mismos, y no de forma consciente, sencillamente, son esas heridas, que puede que jamás cicatricen, esos errores no del todo perdonados, esas caricias que no respondes. Ese maldito orgullo que te gobierna.
Pero sin embargo, somos nuestro único remedio, lo único que nos reconforta del mundo. Es un maldito círculo vicioso, para el que dependemos el uno del otro. Una extraña manera de ver el amor.
SI tan solo dejaras ese orgullo de lado por un segundo...