Y por más que braceo tratando de salir a la superficie, hay algo que me ata, devolviendome a la desesperación...Creo que incluso he olvidado ya como nadar, ya no hay vuelta atrás, pero tampoco camino hacia delante. Lo peor de todo es que he sido yo misma quien ha tejido esta maraña, quien tomó las decisiones que me llevaron hasta aquí. Seguiré braceando hacia ninguna parte, hasta que mi propio cansancio me derrote o encuentre una tabla salvavidas.
1 comentario:
Se nota que estabas confusa en ese momento, te entiendo no sabes cuanto. Hay momentos en la vida en los que lo que quieres es esconder la cabeza y esperar a que el tornado que todo lo debasta se tranquilize y deje de hacer daño, pero si no sales afuera y lo impides para que estamos aquí???
Publicar un comentario